Ese día, tras toparse con uno de los primeros automóviles que circularon por el Japón de principios del siglo XX, Soichiro Honda empezó a perseguir su particular sueño. Con tan solo veintiún años abrió su propio taller y siguió progresando hasta que, años más tarde, fundaría una de las marcas de automóviles y motocicletas más importantes de Japón. Muchos darían por supuesto que, para alcanzar semejante éxito, Soichiro Honda había estudiado ingeniería. Pero en realidad ni siquiera completó la educación primaria.