La dimisión de Montón tras otro caso de trato de favor con su máster, pone de manifiesto la red clientelar existente entre algunas personalidades políticas y la cúpula de la Universidad Rey Juan Carlos, marcada como ninguna otra por la corrupción y que va a tener que trabajar mucho en cuestiones de transparencia para renovarse y recuperar el prestigio dilapidado por sus dirigentes. Muchas familias se dejan ahorros, esperanzas y tiempo en obtener una titulación que les posibilite los conocimientos necesarios para acceder al mercado laboral.
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