El problema se ha recrudecido en un verano con récord de visitantes. Incluso Cruz Roja tuvo que atender a varios animales en su puesto avanzado de la Pradera. Los meses de julio y agosto, con una afluencia récord de visitantes, han evidenciado de nuevo que se trata de uno de los primeros problemas de gestión del espacio protegido, y no solo porque muchos dueños desatienden la obligación de llevarlos con la correa sino porque incluso algunos que van atados provocan conflictos con el ganado.
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