Los okupas creían que con la bronca bastaba y que se podrían quedar en la casa okupada de Abanto, Vizcaya, hasta que se judicializara el asunto. Porque eso es lo que suele pasar, que hay que esperar a que el caso llegue a los tribunales. Pero esta mañana ha habido sorpresa en la ocupación de la casa de Manuel. Ha tenido mucha suerte. Finalmente, los okupas se acaban de ir hace tan sólo un par de horas. Presuntamente, la familia ocupa podría cobrar una ayuda social que no recibiría si seguía con su actitud.
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