Si compras un boleto económico o básico para un vuelo, sí o sí te quedarás con los asientos malos que la aerolínea quiera darte, ya sea en la parte trasera del avión o en un asiento central en una fila que no se reclina. Cuando ves montones de asientos vacíos de primera clase o clase ejecutiva mientras abordas tu vuelo, quizás piensas: ¿por qué no cambiarme a uno de estos? Poco después y de manera silenciosa agarras tus pertenencias y te diriges a la fila vacía de primera clase, esperando que a las azafatas no les importe.
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