El joven le quitó a su madre la tarjeta de crédito y, tras averiguar qué aerolíneas permiten viajar a menores sólo con una carta firmada, reservó vuelos a Bali y un hotel de cuatro estrellas en este paradisíaco destino. El joven engañó a su abuela para que le diera el pasaporte y tras hacer la maleta, en vez de irse al colegio se fue al aeropuerto. El menor viajó de Sydney a Perth y de allí a Bali. Según recoge el Canal 9, al joven le sorprendió cómo nadie hizo preguntas: "Sólo me pidieron mi identificación de estudiante y mi pasaporte"
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