El sacerdote, explicó, logró hacer con ella lo que quiso “para que creciese su espiritualidad”. La mujer contó los abusos sexuales cometidos en el estudio de mosaicos donde trabajaba en Roma. También las veces que Rupnik la llevó a un cine porno. “Para él era una forma de arte. Era el camino para llegar a la orgía colectiva. Había que superar cada sentimiento. Me decía que era demasiado dulce, tierna, insegura… y eso me iba a hacer bien. Me llevó dos veces a salas X de Roma. Y se veía que él era un habitual ahí”, relató.
|
etiquetas: rupnik , jesuíta , monjas , tríos sexuales