La permanente búsqueda de impacto mediático de Vox están convirtiendo al partido de Santiago Abascal en un corolario de torpezas, exageraciones y errores. Vox se ha convertido en un coñazo. Son un partido sobreactuado y hortera. No es ya lo que dicen, sino cómo lo dicen. Con esa profundidad mesiánica. Con ese arrastrar de sílabas. Con esa fractura entre lo que les preguntan y lo que responden.
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