Cuando la emergencia sanitaria era crítica, Luceño y Medina dieron el pelotazo hasta niveles inaceptables. Sus contactos en el Ayuntamiento les permitieron inflar los precios para obtener comisiones del 60% al 71%. No fue el Ayuntamiento quien denunció el delito. Para cuando los bancos, El Sepblac y la Fiscalía se alertaron, Luceño y Medina se habían ocupado de mover el dinero comprando 10 coches de lujo, un velero, un piso... Hoy la Fiscalía les acusa de varios delitos. Medina ya ha limpiado sus cuentas: sólo le quedan 247 euros en una.
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