Ahora mismo en Palma de Mallorca aterriza un avión cada minuto. "Les prometieron sexo y peleas sí o sí, y puede que al volver algunos pidieran que les devolvieran el dinero. Yo mismo llegué por primera vez a Magaluf en el verano de 2016, intrigado por esa Sodoma y Gomorra con la que machacaban los medios. Y la verdad es que me llevé un chasco".
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