Una cosa es que Maduro nos parezca un fantasma salido de una mala novela del llamado realismo mágico y otra que haya que comulgar con la libertad diseñada por Trump y los saqueadores de la economía venezolana. Merece la pena pensar en las razones de los gobiernos de México, Bolivia y Uruguay, que están más que inquietos por las amenazas de los intervencionistas frustrados. Una guerra civil en Venezuela seria otra brillante idea sangrienta de la Inmobiliaria Donald Trump, diseñada para clientes que no residen en Caracas.
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