El equipo de la botánica alemana Susanne Renner rastrea el origen de la sandía como los exploradores europeos buscaban el nacimiento del río Nilo hace cuatro siglos. Renner y sus colegas analizan las huellas históricas más antiguas del fruto: dos dibujos del Antiguo Egipto que sugieren que los egipcios ya comían sandía hace 4.360 años. Son ilustraciones —encontradas en tumbas de personajes poderosos en las necrópolis de Saqqara y Mair— que muestran una especie de sandías alargadas servidas en bandejas. Un tercer dibujo, hallado en el papiro de
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