Los productores estadounidenses de esquisto anunciaron pérdidas de 30 000 millones de dólares en la primera mitad del año, una muestra de los desafíos a los que se enfrenta la una vez floreciente industria estadounidense al empezar a hacer efecto el desplome del precio del petróleo. Este déficit apunta a un aumento de quiebras y reestructuraciones en la industria estadounidense del petróleo de esquisto, que en los últimos siete años ha estado expandiéndose rápidamente pero sin llegar a cubrir su gasto de capital con su flujo de fondos.
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