Kevin Harrington pasó 17 años entre rejas por un asesinato que no cometió. El pasado martes, un juez desestimó su condena y le exoneró de la cadena perpetua después de que los fiscales determinaran que un testigo clave fue coaccionado para implicarle él y a un segundo hombre. Un grupo de amigos y familiares le esperaba afuera del Centro Correccional Macomb de Michigan. Pero Harrington no pudo abrazarlos. Todavía no puede irse a casa.
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