El bofetón de un policía nacional a una mujer con la que aparentemente mantenía una discusión en plena calle y con un compañero uniformado de testigo le ha costado al agente una suspensión de empleo y sueldo de cuatro días, según la sanción disciplinaria. En cambio, si esa agresión la hubiera propinado la víctima al agente con la misma intensidad y por los mismos motivos -ninguno, aparentemente- hubiera tenido que enfrentarse a un juicio en el que habría podido ser condenada a penas de cárcel, una importante multa económica y no poder votar.
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