El discurso del presidente ruso fue interrumpido por unos hackers que secuestraron la señal ante miles de soldados en la Plaza Roja y millones de rusos en sus casas para declarar que todos tienen "las manos manchadas de sangre". Los piratas informáticos consiguieron interceptar las transmisiones de grandes canales rusos como Channel One, Rossiya-1 y NTV-Plus e insertaron una leyenda sobre las pantallas: "La sangre de miles de ucranianos y de cientos de sus hijos está en vuestras manos. La televisión y las autoridades mienten. No a la guerra".
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