El caso de los titiriteros de Madrid, el juicio a Rita Maestre por la acción de protesta en la capilla de la Complutense hace cinco años, y la suspensión de actos culturales, como la representación de una obra de teatro sobre la vía Nanclares en Cartaya demuestran que la España de la censura y la inquisición siempre regresa. Ahora que se habla de regeneración democrática los viejos fantasmas de siempre nos acechan.
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