María escribe en la misma mesa donde come. Sus libros no llenan su despensa. Es una más, como Anna; y eso que Anna junta los libros vendidos y las colaboraciones en prensa. Es como Antonio; y eso que Antonio amontona las páginas vendidas y la edición. También Elena hace libros para otros, escribe los propios y almacena premios en la repisa de su recorrido literario. Ni con esas. Ahora Sabina respira. Respira como Lucía, aunque desde el pluriempleo, respira a ratos. Todos ellos forman parte del 77,2% de los escritores españoles que ni respira...
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