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El extraño crimen del cazador de Belvís a juicio: el fiscal pide 51 años para los acusados

Aquel lunes no hacía muy buen tiempo para cazar. La lluvia impide escuchar a la presa y dificulta la visión. Y amenazaba lluvia. Pero Antonio Fernández Muñoz tenía ese día una cita con un venado a la que no pensaba faltar. Había quedado con Rufino González, alias El Conejo, y su sobrino Flores Alba en la finca Los Baños, de Aldeanueva de Barbarroya (Toledo). Eso es lo último que se supo de él. El resto es una película de terror con un guión aún plagado de lagunas. Antonio Fernández, exempleado de banca, murió de un tiro en la nuca.

| etiquetas: belvis , cazador , los baños , toledo , nuca , flores alba , rufino gonzález

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