La entrega a domicilio de las compras efectuadas en Internet supone una enorme fuente de gases de efecto invernadero, en especial cuando las entregas no pueden realizarse y es necesario repetir el trayecto. Los investigadores estudian estas entregas para ver si hay una forma mejor de hacer las cosas, con ideas como robots mensajeros, taquillas comunes para paquetería y un “Uber” para paquetes.
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