Ahí la tienen otra vez, de candidata a la alcaldía, dedazo de Rajoy mediante. Paradójica la forma que tiene el presidente de renovar el país con una septuagenaria que abandonó a sus electores y sembró la comunidad de mangantes. La buena noticia es que el PP tiene miedo a perder y Rajoy agacha las orejas ante Aguirre porque no le queda otra y ella es su última Esperanza. O salva al PP o se hunde ella, ese es el cálculo ventajista de Mariano.
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