Por primera vez, los investigadores han conseguido secuenciar el genoma completo del cráneo de Peştera Muierii 1, una mujer que vivió hace 35.000 años y cuyos restos se hallaron en la cueva del mismo nombre (o Cueva de Muierilor) en Baia de Fier, en el sur de Rumanía. Su elevada diversidad genética demuestra que la migración fuera de África no fue el gran cuello de botella en el desarrollo humano, sino que éste se produjo durante y después de la última Edad de Hielo.
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