Desde el centro de control en pleno desierto de Dubái, se pueden recrear las condiciones climáticas de Noruega y las frías corrientes del Atlántico para garantizar la supervivencia de una industria salmonera incipiente pese al abrasador calor reinante. “Simulamos la salida y la puesta del sol, las olas, las corrientes marinas o simplemente el agua dulce de los ríos y tenemos aguas profundas y poco profundas”.
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