República Dominicana parece haber adoptado la misma receta que ha conducido a otros países al desastre económico, incurriendo en préstamos a tasas excesivamente altas para financiar un desenfrenado gasto público. Los altos subsidios que pagan en el sector eléctrico, operado por empresas estatales deficitarias, genera parte de los problemas económicos de República Dominicana. El peso de la deuda ha alcanzado niveles alarmantes para la nación caribeña, cuyo gobierno por otro lado se rehúsa a ejercer mayores controles sobre el gasto.
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