Tras varias llamadas de la Policía a la puerta de la vivienda de la víctima, la cuidadora abrió la puerta. Según los agentes, est desprendía un fuerte olor a alcohol y presentaba varios síntomas de embriaguez. También escucharon una petición de auxilio que venía del piso superior de la vivienda. En la planta superior, los agentes localizaron a la víctima sentada en una silla especial, al estar incapacitada en su movilidad.
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