Construido con una base de fibra de vidrio para pasar inadvertido cargado de cocaína y convenientemente equipado con un GPS, el dron submarino atraviesa el Atlántico como Pedro por su casa. En cuanto se acerca a las costas, a unas 100 millas de distancia, miembros de la organización desactivan el dispositivo que le mantiene fijado al casco, y el trabajo ya está hecho. Ya está a tiro de piedra para los narcos.
|
etiquetas: mar , dron , coca