El deseo de tener un hijo no comienza a partir de que la pareja decide tener un bebé, ya que estas fantasías, pensamientos e ideales se construyen a lo largo de la vida. Desde la infancia, los niños desarrollan juegos alrededor de la maternidad y la paternidad, por ejemplo, simulan un embarazo con una pelota o eligen muñecos como sus bebés, lo cual no es otra cosa que la identificación de funciones parentales a partir de la relación establecida con su objeto primario: la madre y, más adelante, el padre.
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