El estudio afirma que la contaminación atmosférica afecta más a la esperanza de vida que el tabaco o la malaria en algunas zonas del mundo. El impacto es desigual: en los países ricos la esperanza de vida se ha reducido en promedio más de 4 meses, mientras que en el sur de Asia esta cifra alcanza los 30 meses. Invertir en vehículos eléctricos y energías renovables es, según O'Keefe, una de las medidas a tomar. Pero invertir en infraestructuras como plantas de carbón para producir energía, avisa, puede atrapar durante años con la contaminación.
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