Llevo diez años utilizando en clase la memoria de 2001 de una firma española que cotizaba en bolsa. Estaba auditada por una big four. Pregunto siempre a mis alumnos sobre las cuentas de dicha empresa: ¿hay algo de verdad en ellas? La respuesta, en ese caso, es que la única cifra verdadera era la fecha (2001).
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