Durante siglos, la ciudad de Borja fue mejor conocida por sus vinos y su espléndido ayuntamiento del siglo XVI. Todo eso cambió hace seis años cuando un simple acto de devoción se transformó en un objeto de ridículo, un meme y, finalmente, una atracción turística. Una cara familiar, ahora conocida en el mundo como Cristo Mono, saluda a los visitantes del Santuario de Misericordia, con sus rasgos borrosos y sobresaltados que miran desde botellas, dedales, marcadores, osos de peluche, bolígrafos, tazas, camisetas, alfombrillas, insignias..
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