Vísteme despacio que tengo prisa' reza el refranero castellano para avisarnos de que las prisas son malas consejeras. Que es mejor ir algo más lento para hacer las cosas bien. Un principio válido para la velocidad en nuestra ciudades, donde la prisa por llegar al siguiente semáforo en rojo se traduce en ruido, gases contaminantes y de efecto invernadero, inútil gasto energético y, lo más trágico, más muertes y heridos graves en accidentes evitables.
|
etiquetas: ciudades 30 , velocidad , vida