Quizá el mejor ejemplo sea el de la industria de la extracción de petróleo en Estados Unidos. A partir de mayo de 2016 el número de pozos activos vuelve a crecer, hasta el punto de colocarse en los niveles de octubre de 2015. Sin embargo, el volumen de empelados no sólo no se recupera, sino que sigue en descenso. Hay una brecha evidente, un cambio de paradigma: desde junio de 2016, la industria del petróleo necesita sustancialmente centenares de miles de trabajadores menos para seguir produciendo en sus niveles de antaño.
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