Biden ha resultado ser todo lo que nos advirtieron que sería Trump: un monstruo genocida que alimenta la violencia racista y los crímenes contra la humanidad mientras pone en peligro al mundo con decisiones de política exterior increíblemente imprudentes. La lección de la depravación de Joe Biden no es que sería mejor tener a Donald Trump en la Casa Blanca, es que no importa quién entre, porque solo los monstruos asesinos pueden desempeñar ese papel en la gestión del imperio centralizado de Estados Unidos. La estructura de poder que se extiende
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