Alison Macrina ya era una defensora de la privacidad en internet antes de que Edward Snowden destapara la caja de los truenos. Sin embargo, saber que el Gobierno estadounidense había espiado las comunicaciones como le vino en gana la hizo entrar en acción. Llevaba casi una década trabajando en una biblioteca de Watertown (Massachussets) y se prometió entonces que los secretos virtuales de sus usuarios no saldrían de aquellas paredes.
|
etiquetas: eeuu , snowden , bibliotecaria , privacidad