La dimisión en bloque del presidente Aurelio Pérez, el vicepresidente Guillermo González y el secretario Raimundo Miguel ha generado un vacío de poder que terminará con la liquidación de una institución que debió haber terminado hace más de tres años. El actual mandado de UPA-COAG no ha hecho otra cosa que engordar una deuda ante la ausencia de ayudas y de acuerdo entre las organizaciones.
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