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¿Alguien se creyó lo de la moralización de la vida pública?

Vender acciones de Abengoa dos días antes de que se hundieran en el mercado sabiendo que eso iba a ocurrir porque él formaba parte de la dirección de la compañía no solo viola las normas (de ahí la multa), es también un comportamiento indigno que convierte al titular de exteriores en una persona de la que la ciudadanía no puede fiarse. Porque esa disponibilidad para la trampa podría volver a aparecer en situaciones de mucho mayor calado que la venta de acciones por valor de 10.000 euros.

| etiquetas: borrell , abengoa , corrupción , nueva política

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