A principios de 2017 Clifton Collins, un traficante de drogas irlandés, tuvo un dilema: dónde esconder los códigos de su fortuna ilícita de 55 millones de euros (46 millones de libras esterlinas). Su solución fue imprimirlos en un papel A4 y guardarlos en el tapón de aluminio de un estuche de caña de pescar que tenía en su casa alquilada en Farnaught, Cornamona, County Galway. Parecía una buena idea en ese momento. Entonces ocurrieron tres cosas. La policía arrestó a Collins después de encontrar 2.000 euros de cannabis en su coche.
|
etiquetas: traficante de drogas , bitcoins , caña de pescar