Sexo y verano. Sexo y playa. Sexo y sol. Este cóctel estival, tan sugerente y tentador, es un clásico en estos días en los que las vacaciones dejan espacio en la cama para algo más que ronquidos y bostezos. Resulta que en verano nos entregamos con mayor intensidad al sexo, y no lo hacemos solo por aquello del relax, el tiempo libre y la siesta, sino por otros motivos que tienen que ver más con la biología que con el descanso.
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