El ruido que hacen los alumnos es un problema de difícil solución en los colegios. Y una queja habitual de los profesores, que pagan la factura del griterío de los escolares con afonías, fatiga y estrés. No les falta razón. Una de las mediciones que se han hecho en un centro de enseñanza vasco tuvo un pico de 100 decibelios. Ese nivel de ruido es similar al que hace una banda de rock en pleno concierto
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