En el s. XVIII los viajes se refinan, y se desarrolla "el arte de viajar cómodamente". Una muestra es este neceser de la reina María Antonieta, que contenía los objetos que la soberana consideraba imprescindibles para desplazarse con un razonable confort.Los maletines de viaje no eran una novedad. Hacía ya tiempo que se usaban. El rey Enrique IV de Castilla, por ejemplo, que se desplazaba continuamente, ya que carecía de corte estable, poseía varios.