Puede que la feliz pareja de gays jerezanos que se fueron a Canadá a comprar un churumbel no estuvieran tratando de emular a Defred en 'El cuento de la criada', sino a los antiguos cántabros y su peculiar costumbre: la ‘covada’. La ‘covada’ -del francés ‘couver‘, “incubar, criar”- es, según el Diccionario de la RAE, la “costumbre que existió en algunas partes del norte de España, consistente en la permanencia, tras el nacimiento de un hijo, del padre en la cama, recibiendo atenciones, mientras la madre vuelve a sus tareas habituales”.