Existen dos puntos de referencia para estudiar la posibilidad de que nuestras 24 HORAS sean en realidad 16 HORAS. Repasemos: El primero está relacionada con la Resonancia de Schumann, básicamente el conjunto de picos en la banda de ELF, o baja frecuencia del espectro electromagnético de la Tierra. Podemos pensarlo como el pulso electromagnético regular de la planeta, cuyos históricos 7,83 ciclos por segundo han ido aumentando considerablemente a partir de 1980.