En su libro «Sombras de antepasados olvidados» señalaba: «Los hombres - que esclavizan y castran a otros animales, hacen experimentos en ellos, y los convierten en filetes - tienen una tendencia comprensible a imaginar que los animales no sienten dolor. (...) Es esencial que exista una distinción clara entre hombres y "animales" para poder doblegarlos a nuestra voluntad , conseguir que trabajen para nosotros, llevarlos puestos, comerlos... sin ningún sentimiento de culpa o de pena. (...) Estos seres, podemos decir...