Tras la desastrosa campaña de Caracalla en Mesopotamia, las legiones romanas acabaron nombrando un emperador con sólo 14 años, se trataba Heliogábalo (203-222). Su nombre, al parecer, procede de la deidad fenicia El Gabal, patrona del lugar donde nació. De niño, honraba ya a este dios y a otros dioses fálicos, interpretando ritos sodomíticos. También de manera precoz fue "atormentador de animales, afeminado, ardiente amante y pasivo pederasta" (se dejaba seducir por personas mucho mayores que él).