En Los Silos, como en otros puntos de la isla de Tenerife, la fiesta de San Antonio Abad goza de una férrea tradición ganadera, vinculada al patronazgo del santo sobre los animales. La piedad popular achaca este hecho a una supuesta ocasión en la que una jabalina se acercó a Antonio con sus tres jabatos ciegos, como si suplicase al abad que los curase. El santo obró el milagro y, desde entonces, la jabalina no se separó de él.