Porque Shakespeare and Company tiene una planta de arriba que forma parte del imaginario literario mundial, un refugio entre libros y polvo para dormir y aporrear la máquina de escribir si escribes y no te da el dinero para una pensión parisién. Por Shakespeare and Company pasaron Hemingway, Scott Fitzgerald y después (claro) James Joyce porque Sylvia Beach se atrevió a publicar el Ulises que casi nadie apreciaba por sus altas dosis de presunta inmoralidad y complejidad literaria.
|
etiquetas: shakespeare co , pandemia , librería , parís