Días atrás, en el artículo dedicado al fabuloso botín artístico que las tropas napoleónicas se llevaron de España y otros países conquistados, explicábamos que en el proceso de recuperación de las obras españolas expoliadas tuvo un papel fundamental el entonces embajador en París, que asaltó el Louvre al frente de un destacamento ante la negativa de los funcionarios franceses a entregarlas. Ese hombre era un militar que había combatido en Trafalgar, formado parte del Estado Mayor de Wellington en la Guerra de la (...)
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