Los neurocientíficos habían hecho un salto lógico pensando que, por el hecho de que haya más sangre en determinadas áreas que en otras, eso significaba que eran esas áreas donde las neuronas estaban más activas, cuando podían intervenir más factores. Que aunque todas esas resonancias son buenas a la hora de determinar cuáles son las áreas que se activan “en promedio” en la población, son inútiles a la hora de revelar cómo reaccionan los diferentes cerebros de los individuos.
|
etiquetas: actividad cerebral , resonancia magnética , neurociencias