El cetrero del Lazio ha saltado a los medios porque le han despedido por ponerse un implante de pene y compartirlo en las redes. Sin embargo, no le despidieron cuando hizo el saludo fascista en un partido. Ese es el sustrato de la Lazio, que alrededor de su estadio se restauran y cuidan los monumentos de la Italia fascista que aún sobreviven. La violencia que recibieron aficionados de la Real Sociedad ha sido una constante estos años, enraizada en movimientos neofascistas de toda clase, pero también, como siempre, en el crimen organizado.
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