"El gas de las bebidas carbonatadas, tanto refrescos como ciertos vinos, o incluso bebidas espumosas de otros tipos, no contiene calorías, por lo tanto no engorda. Evidentemente puede provocar la sensación de hinchazón, de distensar la pared gástrica y producir más saciedad, pero desde luego no tiene calorías y no es la causa del michelín", ha comentado.
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